El patio secreto de Hugo Pratt (en Córdoba)
En el artículo "Una abuela veneciana", Hugo Pratt nos cuenta que su infancia son recuerdos de un patio secreto del Viejo Ghetto de Venecia. Un patio que volverá a encontrar, años más tarde, en la judería de Córdoba. Ahora, 15 años después de su muerte y en plena celebración de los patios cordobeses, queremos finalmente encontrarlo. |
Una abuela Veneciana
Tenía yo cuatro o cinco años, tal vez seis, en la época en que mi abuela me pedía que la acompañase al Viejo Ghetto de Venecia. Ibamos a visitar a una de sus amigas, la señora Bora Levi, que vivía en una casa antañona. Se llegaba al cuarto de esta señora por una escalera exterior de madera, llamada la "escalera loca", "la escalera de las ratas de alcantarilla", o también la "escalera turca". La buena mujer me daba una peladilla, una taza de chocolate espeso y ardiente y dos bizcochos sin sal que no me gustaban nada. Luego, mi abuela y ella solían sentarse a jugar a las cartas, sonrientes, murmurando frases para mí incomprensibles. Para entretenerme, sólo me quedaba el recurso de pasar minuciosa revista a cada uno de los cien medallones, colgados de la pared forrada de terciopelo rojo oscuro, que me observaban detrás de su óvalo de cristal. Digo que me observaban, porque aquellos medallones contenían viejos retratos de severos caballeros con uniforme de los Habsburgo, o retratos de rabinos con finas trenzas negras y sombreros de ancha ala. Todos parecían mirarme con una insistencia cercana a la indiscreción.
Ya un poco violento, iba a la ventana de la cocina y contemplaba desde allí una plazoleta salpicada de hierba y un pozo con brocal cubierto de hiedra. Su nombre: Patio Secreto, llamado Arcano. Para llegar a aquel lugar había que abrir siete puertas, cada una de las cuales tenía grabado el nombre de un shed, demonio de la casta de los Shedim engendrada por Adán cuando éste fue separado de Eva después de su acto de "desobediencia". Cada una de las puertas mostraba al abrirse una palabra mágica: nada menos que el nombre del demonio. Aún recuerdo esos nombres: Sam Ha, Mawet, Ashmodai, Shibbetta, Ruah, Kardeyakos, Na'Amah.
Un día, la señora Bora Levi me tomó de la mano y me llevó al Patio Secreto, alumbrando nuestro camino con un menorah, el candelabro de siete brazos. Cada vez que ella abría una puerta, apagaba una vela. El patio estaba lleno de esculturas y de graffiti: un rey armado de arco y flechas ensartando a un dios, un recién nacido, una cazadora también con arco y flechas, una vaca con un solo ojo, una estrella de seis puntas, un círculo trazado en el suelo para hacer bailar en él a una muchacha desnuda, los nombres de los ángeles caídos: Samuel, Satael, Amabiel. La dama judía me hablaba de todas estas cosas y contestaba a mis preguntas. Luego abría una puerta al fondo del patio y me conducía por una callejuela en la que crecía alta la hierba, y que llevaba a otro patio maravilloso. Creí volverlo a ver mucho más tarde, lleno de flores, en una casa de la Judería de Córdoba.
(Hugo Pratt, 1927-1995)
La “Corte Sconta detta Arcana” es el nombre fantástico dado por Hugo Pratt a la Corte Botera, que se encuentra cerca del Campo di SS. Giovanni e Paolo, en Venecia. "Corte" o "Cortile" es un patio o recinto entre casas o edificios. “Sconto” es dialecto veneciano, deriva de 'nascosto' y significa 'escondido'. “Arcano” significa oculto, desconocido, misterioso, secreto.
Este es la Corte Botera, el patio secreto en Venecia:
¿Y en Córdoba?
¿Dónde está el patio secreto de Hugo Pratt?.
Lo peor es el silencio. The worst kind of feedback: the silence